Historia de la vid y del vino
Otro acontecimiento fundamental para la historia de la viña y del vino fue el Descubrimiento de América, realizado materialmente por Cristóbal Colón y los hermanos Pinzón, pero bajo los auspicios y la ayuda económica de Isabel de Castilla en 1492.
Desde los primeros viajes surgió la necesidad de transportar vino para toda la tripulación, el personal de armas y colonizadores. El transporte de vino en aquellas carabelas de muy escasa capacidad dr carga, no podÃa resolver el problema de abastecimiento y enseguida se hicieron transportes de sarmientos plantados en grandes tiestos o tinajas.
El recurso a la plantación de pepitas de uva o pasa, aunque se tratase de material genético de vitis vinÃfera, no aseguraba el mantenimiento de los caracteres de las diferentes variedades de uva. Por ello hubo que recurrir al envÃo en las carabelas de grandes macetas con plantas vivas para replantarlas en destino, lo cual ocupaba mucho espacio en los barcos y exigÃa cuidados, de riegos, etc.
Por otra parte las estaciones climáticas eran diferentes, lo cual constituÃa un problema importante de aclimatación de las cepas en tierra americana,
Aún asà se consiguió el objetivo de hacer plantaciones de algunas variedades de uva conocidas como la Criolla, la Pedro Jiménez, la Moscatel, MalvasÃa, Albariño, Bastardo, etc., a veces embarcadas desde las Islas Canarias para disminuir el tiempo de travesÃa.
En esta difusión de la vid en América fueron fundamentales las Misiones que se fueron instalando en el nuevo Mundo, que necesitaban el vino para las exigencias eucarÃsticas de estas congregaciones religiosas.
Nota.- Desde el siglo XVIII hay que destacar en España la mejora de la alfarerÃa en localidades como Ubeda, el Toboso, Talavera de la Reina, y más tarde en Villarrobledo y Colmenar de Oreja, con la fabricación de grandes tinajas vinarias con una capacidad de 500 arrobas, es decir de unos 6.000 litros. Estas tinajas se cocÃan en primavera o verano y su traslado desde el patio de la alfarerÃa hasta el horno, exigÃa mucha mano de obra y después tambien para desplazarla hasta la bodega de destino durante el invierno, donde se impregnaba de pez. Villarrobledo llegó a contar con 72 grandes hornos en actividad en el perÃodo 1915-1930.
Desde la primera mitad del siglo XIX se introducen notables mejoras en la enologÃa, cuando se divulgan los descubrimientos de Louis Pasteur sobre las levaduras, la fermentación alcohólica y sobre la acetificación de los vinos.
Aunque ya se conocÃa el efecto beneficioso del anhÃdrido sulfuroso, obtenido por la quema de pajuelas de azufre, después se introduce su empleo por solución de metabisulfito potásico en agua, o por su aplicación en forma gaseosa, que permitieron controlar más perfectamente las dosis utilizadas.
En realidad la mejora se fundó en el conocimiento más perfecto de la actuación del S02 en el vino en su fase libre como fracción eficaz para regularizar la fermentación alcohólica y evitar la acetificación y otras posibles enfermedades bacterianas.
Otra mejora notable consistió en el uso de resinas epoxi para barnizar la superficie interior de los grandes depósitos de hormigón; anteriormente se utilizaban simples soluciones de ácido tártrico a modo de barniz, pero se formaban pequeñas bolsas o ampollas que conservaban vino alterado de anteriores cosechas, que contaminaban los vinos recién encubados.
Sobrevinieron otras muchas mejoras, como el empleo del acero inoxidable en depósitos de fermentación y de conservación de vinos, asà como en todo el utillaje metálico de las bodegas.
También deben destacarse los tratamientos por frÃo para eliminar mediante filtración los cristales de ácido tártrico formados al efecto.
Asimismo fue fundamental el empleo de gases inertes en el momento del embotellado para evitar la presencia de oxÃgeno. Para finalizar, citaremos el mejor conocimiento de la crianza en barrica de los vinos tintos, asà como de la crianza bajo velo de los vinos generosos, y el envejecimiento sobre lÃas en las botellas de rima durante la elaboración de vinos espumosos por el método clásico, etc.